El Colegio El Triángulo concibe la calidad educativa como un elemento integral, en el que no solo las cualidades y respuestas desde lo académico tienen cabida, también otras cualidades humanas; aquellas que definen al individuo como bueno o adecuado frente al mundo marcan dicha calidad, es por ello, que amparados en el modelo de intervención pedagógico Triángulo y en la filosofía institucional se entiende la diversidad como una condición inherente a los procesos de enseñanza y aprendizaje, pues se tiene conciencia de que el contexto familiar y social; las condiciones cognitivas e historias personales de los estudiantes marcan las dinámicas de aula e impactan las estrategias para el acceso al conocimiento y son precisamente las instituciones educativas las llamadas a adaptarse a dichas condiciones y no por el contrario pretender que los estudiantes se adapten a ella.
Si bien nuestro modelo de intervención, a través del trabajo por septenios, de la estructura de las actividades de aula, los trabajos de exploración utilizando entornos naturales, asignaturas como habilidades de pensamiento, tejido, euritmia, diseños de forma, entre otros aportan un sinnúmero de recursos para la atención a diferentes diagnósticos.
La política posibilita disponer de recursos financieros, físicos, técnicos y humanos que aporten los procesos de inclusión, sin dejar de reconocer nuestra imposibilidad para atender todo tipo de diagnósticos, pues carecemos de profesionales específicos y docentes especializados en muchas condiciones de aprendizaje, de allí la importancia de reconocer que la política de inclusión del Colegio tiene coherencia entre las disposiciones normativas en las que se enmarca como Colegio privado y los recursos y la capacidad locativa y profesional con la que se cuenta para los procesos de inclusión. La política define también la mirada que los agentes que interactuamos en el proceso de enseñanza asumen frente a la diversidad en el aprendizaje, estudiantes, padres de familia, docentes, personal de servicios generales, administrativos y directivos docentes deben asumir un papel receptivo frente a la diversidad, en el que todos tenemos cabida y las mismas oportunidades.
