Por el Coordinador de Convivencia, Andrés Osorio.
En nuestro cielo, día a día sale un hermoso sol resplandeciendo de luz e irradiando de energía a todos los seres vivos que habitamos nuestro planeta; con este amanecer, las personas tenemos la oportunidad de comenzar un nuevo presente cargado de metas y propósitos que nos hagan mejores seres humanos, mejores amigos, hijos y hermanos, mejores estudiantes y deportistas, mejores constructores de un mundo más justo y bello.
Como personas, nuestros niños y jóvenes experimentan cambios en sus vidas, salen de casa y llegan al colegio cargados de emociones, de ideales; en ese transcurrir del día, pueden tropezar con sus propias equivocaciones, pueden ser víctimas o héroes de sus ideas, y de la misma forma pueden ser arquitectos de sus conocimientos. Lo importante es justamente eso, que puedan ser lo que quieran, lo que sientan, lo que piensen, porque para vivir y ser feliz solo se necesita ser.
El Colegio El Triángulo abre sus puertas día a día a grandes y chicos para que en cada amanecer entren a su espacio y se digan a sí mismos: «Yo puedo ser, yo puedo sentir y yo siempre puedo querer».