Es común encontrar en las aulas de clase un sinnúmero de estrategias para el aprendizaje de conceptos en ciencias, lenguaje y matemática. También es frecuente escuchar conversaciones en torno a la necesidad de ser competitivos y estar preparados para responder a las demandas de las universidades y las empresas.

Sin embargo, no es tan común sentarse a dialogar sobre las emociones, sobre los miedos, no se desarrolla en los jóvenes, desde pequeños, la habilidad de expresar lo que sienten; lo que les incomoda o los hace felices. No se les educa para decir “no” con firmeza, pero con empatía; para tener claro que lo que no proporciona bienestar y genera miedo no siempre es bueno.

Abordar las emociones en las aulas de clase es un reto que todas las instituciones educativas deben asumir, se necesitan niños, jóvenes y adultos con mucho más carácter, con capacidad de motivación, con autocontrol, entusiastas, sensibles frente a lo que pasa en el entorno y dispuestos a ser amigable con la naturaleza.

Quienes poseen inteligencia emocional tienen la habilidad de establecer relaciones empáticas con otras personas, generan vínculos mucho más saludables y duraderos, comunican de manera más asertiva y efectiva sus emociones, resuelven conflictos y expresan sin temor sus sentimientos, aspectos que, sin duda, garantizan un mayor bienestar y éxito en el desarrollo de procesos sociales y laborales.

Desarrollar inteligencia emocional y todas esas habilidades que la acompañan seguirá siendo una apuesta del Colegio El Triángulo.

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